EL CEPILLO DE DIENTES
No cabe la menor duda de que los cepillos de dientes son el arma idónea para conseguir una buena salud bucodental. Tanto si son eléctricos como si se trata de cepillos manuales, su uso diario es imprescindible para evitar sarro, caries, enfermedades periodontales y otras complicaciones en nuestra boca.
Pero, como todo, los cepillos precisan una higiene, mantenimiento y también renovación. Y es que, según numerosos estudios, de no ser así, cabe la posibilidad de que sus cerdas sean el alojamiento favorito de bacterias, hongos y gérmenes, donde puedan crecer y reproducirse, transmitiendo a boca y cuerpo múltiples microorganismos responsables de enfermedades y patologías.
LA BOCA
La boca es la parte del cuerpo que más bacterias alberga. En consecuencia, cuando utilizamos el cepillo para limpiarla cada día, tales microorganismos pueden pasar de la boca al cepillo y a la inversa, del cepillo a la cavidad bucal, en una contaminación cruzada continua.
Si además, como la gran mayoría, guardas tu cepillo de dientes en el cuarto de baño, como parecería lo más lógico y cómodo, tienes que tener en cuenta que es el espacio más húmedo de la casa, donde cada vez que tiramos de la cadena del inodoro, se produce una proliferación masiva de bacterias intestinales y gérmenes fecales por aspersión que pueden fácilmente, acabar entre las cerdas de tu cepillo, máxime si no bajamos la tapa del inodoro o ventilamos suficientemente.
Y es que, según un estudio de la Universidad de Manchester, los de la Gripe, Herpes simple tipo 1, E. coli, Estreptococos o Estafilococos son algunos de los microorganismos que se pueden encontrar en un cepillo de dientes de cualquier persona hasta una media de 10 millones de bacterias.
TU DENTISTA EN VALENCIA TE DA ALGUNAS INDICACIONES
- Vas a lavarte los dientes? Lávate antes las manos con agua tibia y jabón.
- Enjuaga el cepillo con agua caliente tras el cepillado, eliminando restos de saliva y pasta.
- Guárdalo en vertical y al aire sin tapar mientras está húmedo.
- Periódicamente, sumérgelo en un enjuague bucal antibacteriano. Reducirás el número de bacterias que proliferan en las cerdas. E incluso, sumérgelo en un comprimido de los que se utilizan para limpiar dentaduras una vez cada 15 días.
- Cambia de cepillo cada tres o cuatro meses y siempre después de una gripe, resfriado o infección bucal, ya que, al permanecer los gérmenes en el cepillo, podrían volver a reactivar la infección.
- Jamás utilices el cepillo de otra persona. Ni siquiera el de tu pareja, hijo o hermano. El de nadie. Y evita el contacto con otros cepillos. Por ejemplo, en un mismo vaso.
Son medidas sencillas que evitan en gran parte la transmisión cruzada de bacterias entre cepillos con nuestra boca de modo que nos aseguremos de obtener un cepillado eficiente de dientes y encías libre de bacterias e infecciones inesperadas.
Ah! Como dato curioso; Sabías que un cepillo de dientes, desde que lo deshechas, tarda más de 400 años en degradarse? Así que, una vez lo vayas a renovar, hazlo bien y ponlo en un punto limpio o en el contenedor de reciclaje adecuado, que en este caso es el gris, no en el amarillo destinado a reciclaje de plásticos!
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